San Mamés ha sido llamado durante 100 años La Catedral del fútbol mundial. Este centenario campo ha sido testigo del paso del tiempo y sobre su césped se han disputado infinidad de partidos, tanto a nivel nacional como internacional. A pesar de su remodelación en 1982, con motivo del Mundial celebrado en España, el campo se había quedado obsoleto, además a ello se le sumaba que la UEFA cada vez exigía unas medidas más estrictas, como la supresión de las gradas de pie o mejoras en la seguridad y accesibilidad para personas con discapacidades. Por lo que ha sido inevitable abordar la construcción de un nuevo estadio.
La construcción del nuevo San Mamés, en los mismos terrenos que el viejo, ha sido un impresionante proyecto arquitectónico. El resultado es un estadio admirado a escala mundial. El proyecto no sólo ha consistido en la construcción del campo sino en una completa regeneración de la zona, que incluye nuevos accesos viarios a la capital vizcaína, así como la instalación del Campus Tecnológico de la Universidad del País Vasco. El tiempo y el esfuerzo que implica su construcción colocan a Bilbao, como sucedió en su día con la construcción del Museo Guggenheim, en un destino turístico de primer orden, en un lugar de peregrinación para los amantes de los deportes y donde todos los equipos desean jugar sus partidos. La nueva sede será, como su antecesora, un lugar de referencia para los deportes en general y para la arquitectura deportiva en particular.
El estadio es utilizado principalmente por el Athletic Club para la práctica del fútbol, si bien se ha proyectado que tenga otros usos complementarios, entre los que se incluye un centro de innovación deportiva y otro de medicina deportiva, una pista de atletismo subterránea, y un polideportivo municipal. Además, como su antecesor, puede ser utilizado como recinto para conciertos de gran envergadura. El nuevo estadio cuenta con el máximo rango otorgado por la UEFA, por lo que reúne las condiciones para ser sede de la Eurocopa de fútbol y albergar finales de la Liga Europea de la UEFA; no así de la Liga de Campeones, ya que esta requiere un aforo mayor que las 53.332 localidades que tendrá el estadio cuando finalicen las obras de construcción.
Iluminación emocional
El tratamiento de la fachada es una propuesta de Susaeta pro Lighting que apuesta por una cubierta semitransparente y permeable con un triple objetivo. En primer lugar, ennoblecer la fachada con un tratamiento capaz de transmitir valores urbanos, aspecto que no suele ser frecuente en los estadios deportivos; en segundo lugar generar transparencia exterior-interior, de modo que el uso del estadio y las cualidades de los espacios sean percibidos por los ciudadanos y, por último, la transparencia inversa, es decir, interior-exterior para que los usuarios del estadio perciban claramente la relación con la ciudad.[+]