Cuando se piensa en la alta cocina japonesa, asociar las palabras sushi/sashimi/tempura es casi inevitable y alimenta esa sensación de limitación cultural que imponen los lugares comunes. El restaurante Rokuseki de Vigo, en Pontevedra, Galicia , no es el clásico restaurante de cocina oriental, sino que está especializado en yakiniku, una técnica culinaria japonesa que usa una parrilla para cocinar carne y verduras directamente sobre las brasas, en total estilo barbacoa.
El Rokuseki es un pequeño restaurante, un microcosmos de hospitalidad con los asientos contados, donde el encuentro entre dos culturas diferentes, española y japonesa, toma vida y se respira en el ambiente, lleno de perfumes y sabores de la comida asiática, que actúa como factor de unión.
El restaurante, diseñado por el estudio español Modular Arquitectura, presenta una estructura particular de aspecto industrial caracterizado por paredes de color gris oscuro, muebles de madera clara y rejillas de ventilación de acero pulido.
Los únicos asientos están destinados al consumo de los platos y están dispuestos a lo largo de un mostrador de madera sobre el cual se presentan unas campanas extractoras, que dominan sobre las barbacoas de terracota que utilizan los comensales para asar la carne. Cada comensal, al tener a disposición una barbacoa dedicada, cocina su propia comida. La barra es única y central ya que en la comida asiática es fundamental compartir: la idea de diseño de usar una única superficie está inspirada en los típicos izakaya japoneses, lugares de restauración menos formales y más cercanos a la intimidad de los clientes.
El clima de convivencia y de unión ha inspirado el proyecto luminotécnico, que ha tenido como objetivo crear la atmósfera perfecta para el restaurante, íntima y relajada, jugando con contrastes entre las luces centradas y las sombras de las zonas a su alrededor.
Elección de la iluminación
La luz ha sido elegida por el equipo de diseño español, que ha buscado una instalación particular constituida por proyectores Ginko 1.0 de L&L Luce&Light en su versión en acero inoxidable y óptica estrecha de 19°, y una temperatura de color decididamente cálida: los aparatos han sido fijados a las numerosas campanas de aspiración del sistema de ventilación que baja hasta la barra para obtener una iluminación controlada y dirigida solo a la zona de restauración gracias a la emisión circular de la óptica estrecha que ilumina con precisión la superficie de apoyo, resaltando al mismo tiempo las vetas de madera clara de la barra.
El vidrio extraclaro transparente con serigrafía vitrificada de 4 mm de espesor de alta transmitancia garantiza una uniformidad cromática de la luz. La versión de acero inoxidable, combinada con las dimensiones compactas del Ginko 1.0, permite que el dispositivo se camufle con las campanas de aspiración y se integre perfectamente con el ambiente.