Pablo Armesto presenta su cuarta exposición individual, una muestra donde el artista presenta una «actitud en defensa de las matemáticas, de la geometría pura», que conecta con la tradición iniciada por Kandinski en los textos de Punto y línea sobre el plano: contribución al análisis de los elementos pictóricos y la deriva de estos en el espacio, línea-plano, plano-volumen.
La muestra, que se podrá ver en la Galería Marlborough de Madrid a partir del 4 de marzo y hasta el 17 de abril se compone de más de una veintena de obras exentas y de pared de carácter interdisciplinar en las que los elementos fundamentales, como en todo el trabajo del artista son la línea, el espacio y la luz.
La presencia de la fibra óptica en el trabajo de Armesto también tiene una dimensión simbólica. Este material contemporáneo de trabajo es el mismo que se usa en las telecomunicaciones, esas redes por las que viajan los datos, pero en este contexto está trabajado con una sensibilidad completamente opuesta al sentido práctico. La relación entre lo tangible y lo intangible es central en su trabajo.
Explosiones estelares o cristales de hielo
Sólo dos de sus obras destacan por su dinamismo. Ambas se iluminan y desvanecen en un patrón que nunca se repite. Su trabajo en los últimos años ha girado en torno a la ciencia y sus posibilidades estéticas, los factales, los procesos, reflexionando sobre lo macro y lo micro del universo, ambos fuera del alcance del ojo humano. Unas esculturas de luz que nos llevan a pensar en explosiones estelares, quarks, fractales o cristales de hielo.
Como señala Alfonso de la Torre, autor del texto del catálogo «“Allí, en estas condensaciones de luz, tal ensayos sobre la aparición y la desaparición, en estos círculos que, ensanchados, poseen un centro habitado por las fugas, es donde reside el canto resistente de un artista presto a consagrar el silencio, una meditación poética desplazada al límite donde Armesto espera sea posible entonces el milagro.
Como en el vértigo de un umbral, es la suya una tentativa de referir el recogimiento y la oscuridad como espacios de protección, subespacios que, tal incandescencias vibratorias, energías palpitantes, nos proponen la deriva hacia un tiempo que, como decía Baudrillard, podría portar la esperanza de ser ilimitado y, por tanto, eleva la posibilidad de lo trascendente. Como en aquel libro de Margaret Cavendish El mundo resplandeciente, parece Armesto tentar un viaje entre universos paralelos. Brillaba un espacio oculto de la Tierra, otro mundo al que era preciso acceder desde la blanca gélida planicie del Polo Norte. Ah, cómo resplandece el mundo bajo su luz.”
Pablo Armesto (Schaffhausen, Suiza, 1970) reside y trabaja entre Madrid y Asturias. La mayor parte de los premios y becas que ha recibido están relacionados con la escultura y la intervención en los espacios públicos, a través de intervenciones site-specific. Primer premio Certamen Nacional de Arte de Luarca premio Casimiro Baragaña, Pola de Siero. Beca Museo Barjola (2009), Beca Museo Antón (2008), Beca de producción Extensiones, anclajes (Laboral Centro de Arte, 2007), Beca de Producción OOH (Fundación de Cultura de Gijón, 2006), Beca FIB-Art (Benicassim, Castellón, 2005) o Beca AlNorte (Gijón, 2005), entre otras.