El lugar donde se ha construido el Hotel Hiberus tiene una localización privilegiada. Las habitaciones se orientan al sur en un cuerpo largo y estrecho, desde donde se ven el río y la ciudad enmarcados por el Puente del Milenio y el Pabellón Puente.
Detrás, orientadas al norte, están las terrazas sobre los salones de banquetes que se iluminan a través de patios ajardinados con palmeras. Todos estos espacios exteriores se protegen del viento y del ruido de la ronda que conduce al hotel con una gran pantalla escalonada de lamas de hormigón y ojos de vidrio. Esta pantalla genera un espacio abierto entre ella y el hotel. En el punto más distante del edificio, al este, se inicia una plaza de recepción para vehículos y peatones que son dirigidos hacia el porche cubierto, previo a la puerta de entrada. La pantalla continúa y acompaña a las terrazas del norte aproximándose hacia la fachada oeste.
El hall del hotel es un volumen adosado al cuerpo de las habitaciones y sus pasillos con una altura de cinco plantas y cuya cubierta desciende hacia las puertas de acceso. Es un espacio alargado que se ensancha en planta en el porche y en la recepción y que se va estrechando en sus extremos. El perímetro quebrado de su fachada permite incorporar los volúmenes prismáticos de los ascensores y escaleras. Los sectores de incendios hacen aparecer muros verticales adosados y opacos a estos volúmenes con puertas automáticas correderas en su parte baja. Otros dos muros abiertos en su parte superior e inferior, ayudan a subdividir toda esta área en cinco espacios que se iluminan mediante lucernarios en su cubierta; a la vez que se comunican con las terrazas del norte y sus palmeras a través de las cristaleras de planta baja. La luz en este ambiente blanco desciende desde el techo y se escapa por estas aberturas y viceversa.
Los pasillos de las habitaciones se comunican con estos espacios mediante celosías de lamas verticales de aluminio, para entremirar y protegerse.
La fachada sur es una retícula de aluminio lacado en blanco que enmarca los cristales de suelo a techo de las habitaciones y de las dependencias de la planta baja. Estos cristales se protegen del sol mediante toldos de lamas horizontales, también de aluminio.