Ledvance
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La luz es uno de los factores más importantes a la hora de iluminar un museo o una zona para exposición.
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Los LED presentan múltiples beneficios respecto a otras fuentes de luz y cada vez se utilizan más en éste y en otros ámbitos.
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La cantidad y diversidad de las exposiciones que se realizan en un museo exige, o al menos es recomendable, disponer de unas luminarias flexibles que permitan grados de inclinación y giro de al menos 30 grados, como es el caso de los proyectores de carril Tracklight Spot de LEDVANCE.
Las misiones de un museo son la conservación de un patrimonio, la investigación y estudio del mismo, y su exhibición al público. Pocas veces reparamos en la iluminación, pues el atractivo de estos centros de cultura es el objeto de estudio. Sin embargo, a pesar de que habitualmente no se le otorgue tanta importancia, influye mucho, como también lo hacen otros factores relativos al espacio o la distribución de las obras.
El uso adecuado de la luz repercute en todos los niveles dentro de un museo o de un centro expositivo. Antes incluso de entrar, la iluminación del acceso y de la fachada transmite información, por ejemplo, indicando los puntos de interés como la entrada. En el vestíbulo, durante la exposición, en la cafetería, la luz guía la visita.
Además, la luz resalta la obra, jugando con el fondo y destacando unos aspectos u otros. En este ámbito se llama iluminación general a aquella que no crea espacios oscuros, en los que todo está iluminado, mientras que la iluminación de acento pone el foco en unos detalles que el museógrafo quiere que el espectador perciba.
También es importante considerar otro factor más: la luz influye en el bienestar emocional de las personas. En el tiempo de duración de una visita no es tan relevante como, por ejemplo, la iluminación de un centro de trabajo o de un hogar, pero predispone a estados de ánimo y provoca sensaciones y reacciones en las personas. Una buena estrategia de iluminación tiene este dato en cuenta.