El nuevo edificio de Bodegas Protos es una reinterpretación contemporánea de la bodega tradicional. Una base sólida que resuelve los desniveles del solar y genera una cota a partir de la cual emerge una estructura ligera formada por 5 bóvedas entrelazadas construidas en madera y revestidas con grandes piezas de terracota. La intención de diseño de los arquitectos Rogers Stirk Harbour + Partners y Alonso & Balaguer Arquitectes Associats era conseguir un ejercicio arquitectónico de realismo y sobriedad que se integrara en el tejido rural de Peñafiel (Valladolid). Asímismo, el proyecto se basa en la asimilación de la tradición constructiva autóctona de bodegas soterradas, traduciéndola en nuevos valores arquitectónicos y estructurales.
La iluminación del edificio se ha planteado para dar soporte funcional a la actividad de elaboración del vino y a las actividades sociales, pero también respondiendo a necesidades más representativas y arquitectónicas. Los sistemas que cubren ambos aspectos lo hacen en la mayor parte del edificio de forma integrada y complementaria.
Los estudios de arquitectura Rogers Stirk Harbour & Partners y Alonso & Balaguer Arquitectes Associats recibieron el encargo de crear un edificio emblemático, que a la vez armonizara con el contexto y con las vistas desde el Castillo de Peñafiel. Bajo estas premisas había que tener en cuenta la tradición castellana de las bodegas enterradas y el magnífico ejemplo de los 2 kilómetros de túneles y galerías subterráneas excavadas en la tierra, que son utilizadas en el proceso de maduración del vino.
El edificio
El resultado es un edificio de forma triangular que aprovecha al máximo la parcela que ocupa y resuelve la diferencia de niveles del solar, creando a su vez un plano horizontal del cual emerge una estructura ligera. Esta estructura consiste de 5 bóvedas entrelazadas suspendidas por puntales en forma de «V» encima de arcos de madera laminada de 18 metros de luz que se han recubierto con piezas de terracota de gran formato. Esta naturaleza modular y sistemática de la estructura de cubierta permite que las bóvedas varíen de longitud, siguiendo el perímetro diagonal de la base triangular, configurando de ese modo una única envolvente.
El nivel de elaboración se encuentra prácticamente enterrado en el terreno. Cuenta con depósitos de fermentación, almacenamiento, planta de embotellado y zonas de acceso de vehículos, junto con la zona destinada a administración y gestión. El edificio tiene la capacidad para procesar un millón de kilos de uvas al año.