Investigación y transmisión de conocimientos sobre la evolución humana, agrupadas en un complejo de edificios: el museo y el instituto anexo ofrecen múltiples escenarios de aplicación para la iluminación vertical
Ubicada en el Camino de Santiago y albergando en su catedral gótica el sepulcro del Cid, Burgos ha sido siempre un lugar de gran riqueza histórica. Sin embargo, no fue hasta los años ochenta cuando se puso de manifiesto hasta qué punto se remontan realmente al pasado estas raíces históricas. Fue entonces cuando unos científicos descubrieron, durante excavaciones en la Sierra de Atapuerca, a unos 20 kilómetros de las puertas de Burgos, sensacionales hallazgos de la prehistoria: ruinas de colonización humana que abarcan un periodo de más de un millón de años. Este yacimiento y la enorme riqueza de los hallazgos en las cuevas de la sierra motivaron, ya en el año 2000, la inclusión de las excavaciones en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO. El 60% de los fósiles de homínidos de todo el mundo proceden de aquí, y en ningún otro yacimiento del mundo trabajan tantos investigadores.
En este contexto, se antoja perfectamente justificada la construcción de un nuevo complejo moderno y representativo que integra museo, instituto de investigación y centro de congresos en el corazón de Burgos. La investigación, la comunicación y la transmisión de los hallazgos sobre la evolución humana se desarrollan ahora en proximidad directa y en unas construcciones muy amplias. El diseño es obra de Juan Navarro Baldeweg, uno de los más renombrados arquitectos españoles quien, con sus edificios de museo e instituto en Altamira ya había abordado de forma intensiva una temática emparentada. La nave central del museo está flanqueada por dos alas laterales, las cuales albergan el Instituto y el Centro de Congresos. A fin de mantener la nave libre de apoyos, Baldeweg concibió una estructura de entramado romboidal exterior pintada en rojo luminoso, la cual domina los espacios abismales entre las partes del edificio.
Las fachadas acristaladas y los tragaluces permiten la entrada generosa de luz diurna. Baldeweg no teme utilizar soluciones de diseño expresivas, tales como la mencionada estructura portante de color rojo vivo o el revestimiento verde esmeralda de la fachada del ala lateral, horadado por aberturas de ventana irregulares. El concepto de iluminación, tanto en las áreas de exposición como en la entrada y las zonas de tránsito, se subordina a la arquitectura y realza la estructura del espacio con una iluminación vertical uniforme.