Asi lo encontramos
La iluminación general consistía en unas luminarias de óptica rotativa para lámparas de sodio a alta presión suspendidas de las cúpulas, tanto en la nave central como en las laterales. En la capilla mayor había unas baterías de fluorescentes a ambos lados alcanzando prácticamente la altura de cornisa. En el arco de encuentro con el crucero, un proyector de óptica simétrica lineal para lámpara de vapor de mercurio con halogenuros metálicos se ocupaba de la iluminación frontal y plano horizontal de la capilla mayor.
Algunos retablos laterales se iluminaban con proyectores escénicos de baja calidad. Lo único rescatable, una lámpara de araña con unas 60 bombillas incandescentes en un estado de deterioro notable.
Esta iglesia, como otras muchas, encontramos fuentes de luz de alto rendimiento y baja calidad cromática, bajo cuya luz es imposible apreciar cualquier cualidad plástica de la arquitectura o los bienes culturales contenidos. Afortunadamente la luz natural está presente en la iglesia, porque si todo dependiera de la luz artificial el ambiente sería absolutamente deprimente.
Criterios con los que diseñamos el nuevo sistema de iluminación
Consideramos este aspecto en dos vertientes: por un lado se trataba de instalar una servidumbre eléctrica en un espacio no construido para ello, por lo que imperaba el modo en que debía ser tendido el cableado y las conducciones, el anclaje de equipos, etc. No se podían escatimar medios para lograr una instalación reversible, de modo que cuando convenga pueda ser retirada sin dejar otro rastro que una manera de proceder respetuosa con el patrimonio histórico. Por otro lado estaba la conservación ambiental, más sutil, que depende de otros factores. Lo ideal sería que todo el equipamiento moderno y necesario para complementar o sustituir a la luz natural pudiera quedar oculto a la vista de modo que la arquitectura y la decoración no se contaminaran visualmente. Por desgracia esto en muchos casos no es posible y en el que nos ocupaba menos, pues la iglesia no dispone de cornisas, triforio u otros elementos arquitectónicos en los que ocultar los equipos de iluminación. En esta situación, optamos por buscar fórmulas que, amparadas en la simetría vinieran a resolver la iluminación artificial de la mejor manera posible.
En cuanto a la conservación de bienes muebles se tuvieron en cuenta las recomendaciones habituales.